jueves, 12 de diciembre de 2013

Halloween

A mí me gustaría no leer tanta queja con respecto a Halloween y cómo se ha instaurado en el mundo conocido. Me gustaría leer también que las tradiciones cruzan las fronteras que no deberían existir, pues cada persona de este mundo es ciudadano de todo este mundo. Ya vimos ayer que en algunos pueblos de por aquí las calabazas estadounidenses con el vientre encendido se parecen muchísimo a unos melones que, debido a que no habían alcanzado el tamaño adecuado para su venta, se usaban como faroles para ahuyentar los malos espíritus. También parece ser que la tradición es celta y que viajó largas distancias.

Por otro lado, me gustaría ver que, sin que cada pueblo deje que sus tradiciones sean usurpadas, todas las expresiones culturales viajen de lado a lado y de casa en casa y se queden donde naturalmente arraiguen, como hace la tierra con las semillas, y que eso no sirviera para aumentar diferencias sino que lo utilizáramos más para conocernos mejor entre todos los pueblos.

En definitiva, me gustaría llegar a comprobar que los intercambios culturales rigen como deben regir: para aunar expresiones, para crear otras nuevas de la mezcla que surja. Al fin y al cabo, interpretar sentimientos mediante los folclores y las tradiciones es innato al hombre, y su variedad --más que un motivo de ruptura-- es una oportunidad riquísima de unión. El mar no solo separa: también se puede usar como camino. El camino no solo muestra una distancia entre dos puntos: también es un sugerente recorrido.


1 de noviembre de 2013

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